Barrancos del Tajuña
Precio* | Horario* | Fecha** |
27€ por persona | Inicio: 08.00 - Fin: 14.00 | Miércoles 17 de abril |
Qué incluye | Qué no incluye | Especies posibles |
- Transporte en furgoneta | - Comidas | Cuco común, vencejo común, buitre leonado, aguilucho lagunero, azor, milano, abubilla, abejaruco europeo, alcaudón común, arrendajo euroasiático, curruca mirlona, etc |
* Grupos reducidos: entre 4 - 7 participantes.
** Puede sufrir modificaciones
Cuestas y cerros del páramo alcarreño
La gran planicie de páramo encajado entre el arroyo Vega y el río Tajuña, divide las provincias de Madrid y Guadalajara, creando un relieve lleno de cerros y cuestas donde se extienden mosaicos de cultivos salpicados de pequeñas manchas de bosque mediterráneo. Las encinas, las coscojas o los matorrales de aromáticas como el tomillo, ganan terreno a los cultivos abandonados y forman una serie de manchas de vegetación asociada a los barrancos y que suponen un hábitat adecuado para muchas especies de fauna. Esta mezcla de ambientes es la fórmula perfecta en una época del año en la que el aspecto de los paisajes vive su mejor momento.
Abubilla común
Cuco común
Por estas fechas y en estos ambientes no es difícil que empecemos a sentir el avance de la primavera. Sobre todo si empleamos a fondo todos nuestros sentidos. Los paisajes muestran vistosos y llamativos colores, las plantas aromáticas nos recuerdan el olor del bosque y nuestro oído capta todos los sonidos y cantos de sus habitantes. Es tierra de cucos y abubillas y sus reclamos resuenan en el valle para nuestro deleite. Las cada vez más escasas perdices se unen a la orquesta aunque los pequeños paseriformes son los que llenan el ambiente de melodías.
Mirando hacia el cielo es posible que entre los cambios de relieve asome una silueta familiar. Es el vuelo rasante de aguilucho cenizo, que tiene en esta región sus zonas de caza y su territorio de cría. Aunque este es amplio, lo comparte con alguna pareja suelta de aguilucho lagunero. La abundancia de alimento atrae a otras rapaces. El cielo es una autopista de buitres leonados en busca de columnas de aire caliente en ascenso, conocidas como térmicas. En ocasiones el águila real se suma al cicleo de los buitres para coger también la altura necesaria. Milanos reales y negros junto con algún ratonero campean en vuelo más bajo matorrales y encinares en busca de presas o en su defecto algo que carroñear. Los alegres reclamos de los abejarucos y los vuelos de las golondrinas nos recuerdan una época de abundancia. Aquí podemos observar también a la golondrina dáurica que habrá ubicado su nido debajo de alguna estructura de piedra cercana donde quizás también crie el gorrión chillón. Otras aves en cambio, prefieren la densidad de los rosales y los arbustos espinosos. Dentro de la maraña de espinas el alcaudón común construye su nido totalmente protegido.
Estos alcaudones y el resto de habitantes tienen como vecino al arrendajo, un córvido muy especial que emite una sonora alarma con la llegada de intrusos y que enseguida delatará nuestra presencia. Así, muchas de las aves que ahora se centran en cantar y reclamar como el mosquitero papialbo, el ruiseñor común o la curruca carrasqueña, pueden saber cuándo llega el peligro sin perder el tono de sus melodías.
Curruca mirlona
Estos reclamos de las aves, los aromas primaverales y los coloridos paisajes alcarreños harán de esta excursión una visita inolvidable a uno de los rincones más desconocidos de la Comunidad de Madrid, La Alcarria.
Detalles y recomendaciones
- Calzado y ropa apropiados para la época.
- Material óptico (telescopio muy recomendable).
- Llevar agua y algo de comer para el viaje.
- Consultar la meteorología.
- Leer detenidamente la información de la excursión.
- Las reservas deben hacerse con 7 días de antelación
Curruca carrasqueña
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